Es mucha la cantidad de información que hoy en día llega a nuestros oídos sobre la nueva ley de educación, la innovadora y polémica "Ley Celaá" (o LOMLOE). Es por esto que al igual que podemos enterarnos acertadamente de los cambios que van a acontecer en los próximos años en el sistema educativo también podemos recibir falsa información o manipulada para intentar situarnos en cualquiera de los dos extremos que existen, tanto a favor de esta ley, como en contra.
Si algo podemos afirmar es que el enfoque que esta nueva ley educativa quiere dar es favorecer y fomentar la educación pública para lentamente ir dejando de lado y despuntar a la educación privada o privada-concertada.
Es por esto que muchos docentes han visto en peligro sus puestos de trabajo en distintos centros concertados-privados y se han visto obligados a salir a la calle en busca de una solución equitativa para todos y en busca de llegar a un acuerdo beneficioso para ambos "bandos".
Debido a esto, el papel del docente en la actualidad se encuentra en un punto de indecisión y duda, ya que no queda nada claro aún, cuál es el desenlace que finalmente va a alcanzar este en la nueva reforma educativa y si acabará llevándose miles y miles de puestos de trabajo para los docentes. Esta situación actual, sumada al desprestigio general que arrastra España desde tiempo atrás, la poca estabilidad del sistema educativo actual y a la incertidumbre y gran sensibilidad a la que están expuestos los profesores, debido a la COVID-19, hace que podamos afirmar que la docencia es una de las profesiones más vulnerables y más maltratadas actualmente.
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