El confinamiento ha traído desigualdades en el ámbito educativo y a esto se le suma la situación familiar en casa, la situación económica, etc... Podemos afirmar que las tecnologías son positivas para el avance, pero se han convertido en la desigualdad principal en las aulas, ya que no todos poseen ni un simple ordenador. A su vez, la educación se ha visto perdida y esto se refleja en la bajada del rendimiento educativo.
Aunque las clases online permanecerán entre nosotros bastante tiempo, los profesores tendrán la gran labor de desarrollar los contenidos con creatividad y haciendo las actividades más didácticas, para que el objetivo sea emprender el aprendizaje de los alumnos de la mejor manera posible.
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